Cuánto duele abrir la puerta y recibir
el golpe inerte de este silencio huérfano.
Y sin embargo, el aire aún guarda tu presencia.
Hay pupilas engarzadas en los muros,
y ensueños transparentes que aletean
buscando otra noche en que volver a ser.
Me miro en tus ojos ahora que ya
no pueden verme, y me veo vencida
ante esta vida sin vida que hoy me sale al paso.
Y no es fácil buscar la huida
porque Alicia ha vuelto y me ha contado
qué no existe realmente al otro lado.
No hay espejos de doble fondo.
No hay nichos de puertas abiertas
ni días de visita. No hay milagro.
Hace tiempo que emprendiste
este viaje y no hay retorno.
No hay caminos de ida y vuelta
que me guíen otra vez hasta tu abrazo.
Y sin embargo hay un pájaro amarillo
que a veces me visita por las noches
y me canta su secreto.
Y me cuenta que has reído
en otros campos de amapolas,
en otra tierra sin arar, salpicada
con la sangre de los dioses.
Y que has besado estas lágrimas
granate, ahora libres de liturgia.
Sé que miente.
Pero sabes, aún hay noches en el que el viento
deletrea tu latido, y son las sombras
en mi pecho el arrullo adormecido de tus manos.
(Sé que miento.)
by Dmitriy Pokrovskiy