No será arrancando mis alas
que permanezca a tu lado.
Ni quebrando mi voz.
Ni amarrando mi talle.
No será por el grito doliente
que se apaga en silencio.
Ni la marca maldita
que dejan tus manos
cuando siembran mi cuerpo.
No será...
No seré...
No seré nunca
estatua de sal
prendida en tu sombra.
Llegará el día.
Levantaré el vuelo.
Un grito, en este día en el que se intenta poner el acento a un horror que sucede a diario.
ResponderEliminarBesos, Magda.
Un día que duele... Besos acróbata.
EliminarCada día te superas.
ResponderEliminarBesos
Al menos se intenta... ¡besos Maestro!
EliminarMagnifico poema de rebeldía y esperanza ante la injusticia. Me ha encantado!!
ResponderEliminarUn abrazo enormeee
Siempre hay salida, siempre hay esperanza. Tan solo un granito de arena... ¡abrazotes!
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