Qué sabe un corazón de otros latidos...
Me miran mil muertos desde otros ojos.
Acechan mil nombres tras las esquinas.
Hay palabras que se desangran,
tiradas aún por el suelo.
El invierno ha muerto
de ceguera y nostalgia.
Tengo una bestia que ruge aquí adentro,
e intenta escapar por las rendijas.
Palpo un silencio cruel
que insolente me muerde las manos.
Porque hay días en que no es fácil
evitar el verso con sabor a peligro...
Fantástico!! Magda; Me ha encantado! ..."Palpo un silencio cruel
ResponderEliminarque insolente me muerde las manos"
Muchas gracias Reme, un besote!
EliminarQue no me entere yo que te evitas algún verso.
ResponderEliminarPoemón, Magda.
Besos!
Se pueden evitar? Aún no sé cómo...
EliminarGracias acróbata, besos!
Y surgen desde las entrañas cuando son así...
ResponderEliminarUn besazo mi Magda!!
Cómo lo sabes... ¡besos mi niña!
EliminarEn el pozo de los deseos, escancio plegarias. Siento que nunca crucé la hora incierta, la que nos dará todas las respuestas. Quiero encontrar ese buen refugio... Ni todo es fuego, ni todo es hielo, cada célula según nos demuestra el número áureo, hace que la idea del kaos se convierta en falacia y que fátum, hado o sino...«ανανκη » Nos acerque a `emuná, quizás porque lo buscamos. Tal vez porque el deseo carnal entrañe el recuerdo perpetuo de lo que seremos. Porque de la controversia nace la fuerza de la materia. El que no valora la vida no se la merece.
ResponderEliminarEste comentario da para muchas reflexiones, que habrían de ser desgranadas poco a poco... Me encanta leerte Fran, ¡un abrazo!
EliminarVersos que fugan de los asilos del alma... fuerza inevitable de un corazón que late viviendo la poesía
ResponderEliminarPrecioso! Saludos
Es el corazón quien bombea las palabras... Gracias De tu mano, por la visita, y por dejar huella en este espacio. Un abrazo.
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