He necesitado
tan solo
trece mil latidos
y un instante
para nombrarte.
Eres.
Sed.
Y calma.
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Quede este cuerpo,
como ofrenda
viva e inmutable.
Sea esta voz
semilla tuya
Perpetua.
Esparcida al viento...
Quede este cuerpo,
Trece mil latidos es nada cuando sientes, es eso...un instante.
ResponderEliminarQue calma...Magda...que bueno sentirla...un beso niña mía :*
Es nada, y son eternos... besos preciosa!
EliminarSed y calma...
ResponderEliminar¿Y no es eso un círculo vicioso mientras esos trece mil suman instantes?
Besos, Magda.
Lo es... sin duda. Un eterno retorno.
EliminarBesos, acróbata.
"Ofrenda viva e inmutable"... Entrega. Adoración. Testimonio. Y aún más.
ResponderEliminarMe gusta.
Y aún más... gracias por tu visita Rafael.
EliminarHay que vivirlo para comprenderlo... Mágico instante.
ResponderEliminarSin duda... y cuando se vive, se reconoce. Un abrazo, Francisco.
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