y las sábanas sucias en el suelo.
Por los montantes de la galería
llega el amanecer,
con su color de abrigo de entretiempo y liga de mujer.
Despiértate pensando vagamente
que el portero de noche os ha llamado.
Y escucha en el silencio: sucediéndose
hacia lo lejos, se oyen enronquecer
los tranvías que llevan al trabajo.
Es el amanecer.
Irán amontonándose las flores
cortadas, en los puestos de las Ramblas,y silbarán los pájaros -cabrones-
desde los plátanos, mientras que ven volver
la negra humanidad que va a la cama
después de amanecer.
Acuérdate del cuarto en que has dormido.
Entierra la cabeza en las almohadas,sintiendo aún la irritación y el frío
que da el amanecer
junto al cuerpo que tanto nos gustaba en la noche de ayer,
y piensa en que debieses levantarte.
Piensa en la casa todavía oscura
donde entrarás para cambiar de traje,
y en la oficina, con sueño que vencer,
y en muchas otras cosas que se anuncian
desde el amanecer.
Aunque a tu lado escuches el susurro
de otra respiración. Aunque tú busques
el poco de calor entre sus muslos
medio dormido, que empieza a estremecer.Aunque el amor no deje de ser dulce
hecho al amanecer.
-Junto al cuerpo que anoche me gustaba tanto desnudo, déjame que encienda
la luz para besarte cara a cara,
en el amanecer.
Porque conozco el día que me espera,
y no por el placer.
Jaime Gil de Biedma
Mi Aldaba......
Poco a poco se van cerrando las puertas del pasado
amores pasajeros, amistades que surgieron de la nada
y en la nada se sumergen.
Imágenes fugaces de castillos en el aire, derruidos.
La cara oculta de la luna
ilumina sendas nuevas de perdición.
Una silueta desnuda se desvanece entre las manos,
un cuerpo gozado se desmaterializa ante los ojos.
Ni gritos ni lágrimas lograrán retener lo que no es tuyo.
Desconfía de los sentidos:
tu momento de posesión ya ha finalizado.
El deseo de algo externo te arroja nuevamente al vacío.
La realidad, etérea, es intuida, mas no alcanzada.
Mía.
Ni de ti... ni de nadie...
Maga eres, ciertamente. Ese poema de Gil de Biedma es fascinante, como tu voz, que resuena alta y firme, cadenciosa junto a la de él.
ResponderEliminarMe acostumbro día a día a esta penumbra de tus versos.
Beso.
Me alegra ver que te sientes a gusto en este, mi pequeño rincón... Inevitable la penumbra, ya que mis palabras se alimentan de la única luz que recogen junto al fuego de un particular hogar...
ResponderEliminarGil de Biedma fue todo un personaje, lo he leído después,pero este fue el primer poema suyo que cayó en mis manos, y me atrapó.
Gracias por dejarte caer por aqui.
Tu Gil de Biedma trajo el mío. Nos leemos el pensamiento? (El mío es posterior cronológicamente, pero era una entrada que tenía en mente hacía días.)
ResponderEliminarQuizá sea eso, o quizá llegó su momento.En ambos casos, magnifica coincidencia.
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