“Sin luces ni fuego,
en silencio, la ciudad calla”
José García Perez
Se va el instante
y una vez más
escapa la palabra silenciosa.
Las manos,
estas manos mías,
siguen aferrando humo.
La realidad es un espejo plagado de esquinas.
Dibujo infinitos que a nadie importan.
Hay noche fuera,
también hay noche en mí.
A lo lejos, las ventanas,
pequeñas mariposas encendidas,
dan paso a otros mortales.
¿Pero acaso la claridad no asusta?
He abierto mis cristales, una vez más,
solo para comprobar
que volvió el invierno.
Las rosas aún siguen muriendo de frío.
A veces la claridad asusta más que la oscuridad... Es cuando más podemos ver lo que tal vez no queramos.
ResponderEliminarComo siempre,precioso!
Un abrazo