He vuelto de alguna forma a echar raíces
en esta tierra de hiel amarga y sangre partida
donde los lobos campan y ocultan
palomas heridas entre las fauces
mientras buscan seductores otra luna.
Sabes... aún cuido tu jardín de invierno.
En él muerden tus horas mis labios
y mis manos destierran el tiempo
y mis pasos recobran tu figura.
Quizá es por eso que estas rosas
crecidas en mis dedos
son también de sangre.
Aquí, el aire engaña.
La piel arrastra
la sombra de la duda.
la sombra de la duda.
by Josephine Cardin
Magda, es bellísimo este poema, el reclamo,el recuerdo ,aquello que ya no está!
ResponderEliminarHas elegido unas imagenes preciosas y conmovedoras para describir ese estado de desazón, de pena...
Hermoso,como siempre!
Cuanto se extraña a veces, verdad? Mil gracias, lunaroja!
EliminarUn besazo.