“I am entirely alone. I and my shadow fill the universe.”
Angela Carter
Hace invierno.
La tarde no sabe de nostalgia.
Sí del tráfico de cuerpos y vidas
acorraladas en el abrazo indigno
de este tiempo carcelero.
Horas calcinadas, días inasidos
que resbalan por ojos ciegos.
Ruidos que ocultan la brecha
siempre abierta en un mañana
que está siempre por llegar.
Hombres que no saben ya
del frío que muerde sus pisadas.
Cáliz negro. Viudas blancas,
ancianos arropados en azufre y afonía.
Niños con la muerte en la mirada.
Bocas que no buscan,
lluvias que no lloran
altares regocijados en vientres
abiertos al sacrificio.
Y por todas partes sangre.
Sangre transparente
de almas que se desangran,
Sangre que no mancha y así no acusa.
Mas a pesar del hambre
y el miedo
y la ausencia
y la huida
la sombra de un dios observa
impasible
y se goza silenciosa
en su derrota
un día más
¡Impresionante! Me he quedado sin palabras...
ResponderEliminarCreo que ya lo dije, pero nuevamente... gracias.
EliminarEs un tremendo paseo por la vida que toca vivir en este momento de la historia, sin concesiones, sin piedad.
ResponderEliminarMagnífico como siempre!
Quizá en estas fechas se hace aún más patente... gracias, lunaroja. Un abrazo!
EliminarLetras impasibles, lacerantes. Con toda la crudeza de la realidad.
ResponderEliminarCuando la realidad muerde... no suelta presa.
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