Aún resuenan, misteriosas,
las campanas de aquel viejo campanario.
Hay quien cuenta
que el diablo en su diablura,
campanero,
se deleita en hacerlas sonar
impenitentes
engañando así
a las pobres cigüeñas
desorientadas
que no dejan de volar
sobre el campo, ahora baldío,
que hace tiempo
ocupó la antigua iglesia...
Las deja como ciegas,sin referencia. Un divertimento bien diabólico. En donde había una iglesia,ahora solo queda el vacío.
ResponderEliminarAsí mismo, lunaroja...
EliminarYa se sabe que:
ResponderEliminar"cuando el diablo no sabe que hacer..."
Y eso que no debe tener mucho tiempo libre visto como anda esta bola de barro que habitamos.
Siempre es grato encontrarte , nunca es baldío.
Beso.
Jajaja, no debe tenerlo, no...
EliminarGracias Jaime, un beso.
escribes hermoso gracias por compartirlo
ResponderEliminarGracias a ti por visitarme... :-)
EliminarA fidelidade tem memoria...
ResponderEliminarInteressantes palavras!
Así es... gracias!!
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