Hay quien dice que morir
es dormir eternamente en otros labios.
Quizá solo nos quede el juego
mientras los labios se conocen
y escriben su propia noche
en un idioma
que aún desconocemos.
Me entregas
la quietud callada de tu nombre.
Como quien entrega un cuerpo desnudo
en ofrenda y sacrificio.
Eres dios y mártir
abriendo el cuerpo al cuerpo.
Rompiendo el silencio
a golpes de voz.
A golpe de labios
mordidos.
Con la certeza de que ese instante
será el preludio infinito de otra muerte
que verterá sobre la piel
un nuevo infierno.
Un invierno antiguo.
Un extraño instinto
a seguir amando
y ya nunca despertar.
Mi bella Magda, entrar en este espacio es siempre garantía de quedar atrapada en tus versos,en tus imagenes,en la energía que desprende esta página. Precioso poema, intenso, pero,sin excesos, justamente es eso lo que le otorga la fuerza que tiene!
ResponderEliminarVolver a este espacio, y encontrar tus bellas palabras recibiéndome, es siempre un regalo... muchas gracias lunaroja!
EliminarEn este caso, llegar al martirio premeditado de unos labios, de una piel rasgada sotto voce... para morir, sí, pero para volver a vivir a continuación.
ResponderEliminarQue toda muerte sea tan dulce...
EliminarHay sentimientos que , aún , pueden no tener nombre pero si un lugar donde dejar su huella , un lugar donde definirse , donde encarnarse:
ResponderEliminaraquí.
Un abrazo.
Siempre hay un refugio...
EliminarUn abrazo Jaime.
Tienes puntería, sigue escribiendo!
ResponderEliminarGracias Jordim, se intentará...
EliminarMe llegas en cada letra. Tan hondo . Un placer haber llegado. Mis saludos
ResponderEliminarUn placer recibirte en este pequeño rincón. Un saludo, Ocaso de luna.
Eliminarmuy profundo. Eres lo máximo
ResponderEliminarsaludos
carlos
Soy, tan solo.
EliminarMuchas gracias Carlos, saludos!