“Los artistas siempre son pobres.
Los artistas siempre son únicos, diferentes.
Y solidarios.
Ah, los artistas…"
Ser un autor maldito quizá implique que el lector, con tan solo percibir las letras que componen un nombre, abra las puertas de su imaginación a todo un mundo onírico y fantasmal, y se acerque a la palabra escrita con una fascinación atemorizada y reverencial. Y hablando de éste malditismo literario, si alguna vez hubo un autor que con tan solo unas líneas hiciese saltar todos los resortes preventivos de sus lectores, y los dejase completamente indefensos ante los terrores que desgranaba su pluma, ese fue Edgar Allan Poe.
Los artistas siempre son únicos, diferentes.
Y solidarios.
Ah, los artistas…"
Ser un autor maldito quizá implique que el lector, con tan solo percibir las letras que componen un nombre, abra las puertas de su imaginación a todo un mundo onírico y fantasmal, y se acerque a la palabra escrita con una fascinación atemorizada y reverencial. Y hablando de éste malditismo literario, si alguna vez hubo un autor que con tan solo unas líneas hiciese saltar todos los resortes preventivos de sus lectores, y los dejase completamente indefensos ante los terrores que desgranaba su pluma, ese fue Edgar Allan Poe.
Maestro del
relato corto, policiaco y de terror, la vida de este escritor ha provocado siempre una
inquietud e incertidumbre en sus seguidores que es a duras penas satisfecha por
la falta de datos, y los misterios que envuelven sus últimos días. Ello no
evita que autores e investigadores sigan acercándose a ella para ofrecer su
particular semblanza sobre el autor estadounidense. Es lo que hace Jordi Sierra
i Fabra en su libro titulado Poe.
En esta
obra, Sierra i Fabra se adentra en la vida de Edgar A. Poe para ofrecer una
biografía novelada e ilustrada. Acompañado de las inquietantes estampas con que
Alberto Vázquez salpica sus páginas, Poe
nos ofrece una sucesión de instantes que, una vez unidos, componen el lienzo de
toda una vida. Sierra i Fabra apenas narra, no cansa al lector con datos superfluos,
es preciso, incisivo y meticuloso en la información que desgrana, aderezada con
anécdotas y fragmentos de los relatos nacidos de la mente prodigiosa de su insigne
personaje. Cada capítulo es una ráfaga en forma de diálogos, una rápida
intromisión en la vida de Poe, donde el lector es a la vez espectador pasivo y juez.
De forma ágil, el autor expone todos y cada uno de los elementos que compusieron el entramado de sombras en la vida de Poe: su desgraciada infancia, los encuentros y desencuentros con su familia adoptiva, la dolorosa y prematura muerte de Virginia, su mujer, hecho que dicen marcó sus letras de forma indeleble y le llevó a dar vida más allá de la muerte a sus tenebrosas doncellas Ligeia, Morella, Berenice y por supuesto Annabel Lee. Sus romances turbulentos, su caída en el alcohol, su orgullo pisoteado por la falta de reconocimiento, su ingenio desmedido, aquella pluma mordáz y crítica que le valió numerosos enemigos, y su extraña muerte...
De forma ágil, el autor expone todos y cada uno de los elementos que compusieron el entramado de sombras en la vida de Poe: su desgraciada infancia, los encuentros y desencuentros con su familia adoptiva, la dolorosa y prematura muerte de Virginia, su mujer, hecho que dicen marcó sus letras de forma indeleble y le llevó a dar vida más allá de la muerte a sus tenebrosas doncellas Ligeia, Morella, Berenice y por supuesto Annabel Lee. Sus romances turbulentos, su caída en el alcohol, su orgullo pisoteado por la falta de reconocimiento, su ingenio desmedido, aquella pluma mordáz y crítica que le valió numerosos enemigos, y su extraña muerte...
Aunque se
trata de una obra narrativa, el homenaje al gran maestro del terror no podía
dejar de lado uno de los poemas que han ayudado a inmortalizarlo. Así, Sierra i
Fabra utiliza una estrofa del famoso poema “El cuervo”, símbolo que Vázquez
también usa en sus ilustraciones con una fuerza impresionante, para introducir cada episodio de la vida del
autor, y entre ambos consiguen dar vida de una manera particular al universo en
blanco y negro por el que deambula Poe, con sus amores terrenos y
ultraterrenos, y todos y cada unos de sus fantasmas.
Poe es, sin lugar a dudas, una
obra que merece ser degustada con calma.
Fiambreras aparte vamos a tener que establecer un tráfico de libros Graná-Águilas.
ResponderEliminarMaldito es aquel autor que no puedes dejar de leer porque no escribe lo que se espera, esperan de él las encorsetadas normas de su época, sino lo que siente, lo que todos sentimos en algún momento en lo más oscuro de nuestro ser y no somos capaces siquiera de echar a volar en lo frágil de las palabras que se lleva el viento. Esa, esta es mi definición de maldito. Poe lo fue, sin duda, escribía lo que sentía sin pararse a pensar en las consecuencias. Ese es el compromiso máximo al que se puede llegar con la Literatura y tal vez con uno mismo. Así lo entiendo yo.
Besos, Magda.
Jajaja este he tenido que devolverlo con todo el dolor de mi corazón, si por algo no soy muy de bibliotecas, que me despiertan tentaciones de guante blanco... (pero se lo pediré a los magos...).
ResponderEliminarMalditos ellos, malditas las letras que nosotros devoramos.... Bendito alimento.
¡Besos acróbata!