Ícaro moderno.
Ego encadenado
a un disfraz de saldo.
Sin alas.
Sin párpados en los ojos
que frenen la caída,
o cieguen esta luz
que enciende la locura.
Pájaro errante,
predestinado a cualquier abismo.
Te crees dios.
Caído.
Nunca llegaste a ser ángel...
No sabemos si en lo antiguo proliferaban estos Ícaros, supongo que sí, pero ahora son plaga.
ResponderEliminarTodos tenemos nuestro puntito de exhibicionismo, punto que compensado con el del pudor consiguen un equilibrio aceptable, pero que roto el equilibrio dan como resultado lo que ya sabemos.
En fin, Magda. Cerca del sol todo arde.
Besos.
Somos tan frágiles, así sin darnos cuenta... Volemos mejor de noche, que la luna y su penumbra son más generosas, y no derriten las alas.
EliminarBesos, acróbata.
Si tu fueras el Sol, no el sol que eres, no me importaría el derretirse de mis alas. Un beso, sin miedo.
ResponderEliminarSin miedo volamos, pero a la luz de la luna que es más cálida...
EliminarUn beso Enrique.
Gracias Magda por recordarnos nuestra fragilidad, es importante ser conscientes de ello. Totalmente desprevenidos entramos en el atardecer de la vida, lo peor de todo es... Nos adentramos en él, con la falsa presunción de que nuestras verdades e ideales, nos servirán a partir de entonces. Tal como Dédalos escapando de su prisión, batiendo nuestras alas, proyectados en la bella lozanía rebelde de Ícaro. Nuestros atisbos de esperanzas se agotan, planeando demasiado bajo, con la esperanza de hacer caso a nuestro instinto y perder el miedo a volar. Solo entonces podremos agitar los brazos, alinearnos con el aire y sucumbir a nuestros deseos de amor y libertad. Saludos.
ResponderEliminarLo que era mucho en la mañana, en el atardecer nos sabrá a poco.
Nada sirve, nada es cierto... y es desde esa incertidumbre desde la que debemos seguir avanzando...
EliminarBesos Fran, me alegra leerte de nuevo por aquí...
Lo más admirable de los mitos es que conservan siempre la actualidad. Acaso porque nos retratan mucho mejor que una fotografía. Un texto muy certero, Magda.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Rafael, creo que ese es el secreto de su inmortalidad.
EliminarBello y trágico poema. Ingrávido, pero adornado por tu buen hacer.
ResponderEliminarBesos.
Gracias maestro... trágico, pero tan real lo siento...
EliminarBesos.
Tu sentimiento convierte en belleza la patética realidad cuando vuela con las alas de tu pluma. Besos, Maga Magda... Verso hecho carne que habitas entre nosotros.
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