Nos iba la vida en ello...
En disfrazar nuestras miserias y comernos la voz para que el quejido fuese menos amargo. Y jugamos a inventarnos con los trozos desperdigados sobre la cama, intentando encajar piezas de formas imposibles. Le dimos vida a los recuerdos con los puños apretados por la rabia desolada de sabernos vacíos, incluso estando en el centro mismo del otro. Nos creímos dioses con cara de niños y el alma tiznada, viciada por el paso de otros cuerpos apartados, sobre otros cuerpos venideros, tras otros cuerpos ya olvidados.
Rompimos las ventanas a fuerza de empujarlas para que no calase el mundo, haciendo que cada cristal estallase en mil pedazos. Aún hoy, cada uno de nosotros porta un trozo de aquella afilada prueba clavado en el alma. Y el frío dejó trozos de escarcha escondidos entre las sábanas, que mordían los cuerpos al rodar sobre ellas.
Uffffff Tremendo... y sí, es cierto Magda, la oscuridad más aterradora es siempre la que contemplamos con la luz encendida...esa que en ocasiones, nos negamos a mirar.
ResponderEliminarUn abrazo
Quizá porque puede ser terriblemente cegadora...
EliminarUn lujo tenerte aquí Ángela, besos!
Jaque mate...
ResponderEliminarTus letras, en la partida de la vida, nunca dejan nada en tablas.
Besos Magda.
Pues mira que sé jugar muy poquito al ajedrez...
Eliminar¡Besotes Tomás!
Conmovedoramente hermoso. Dos frases te las robaría en una esquina poco iluminada. Bello, bello. Complaciéndose, a momentos, en la belleza. Escribes para que ss saboree de nuevo como algunas mujeres, cuentan, besan en los sueños.
ResponderEliminar¿Tú, robarme a mi? Uff, si tuviese sombrero me descubriría ante tu comentario... Recrearme en el latido de la palabra es uno de mis pasatiempos favoritos...
EliminarFue fantástico encontrarte aquí, en la penumbra.
Esa escarcha en las sábanas estremece, como tus palabras.
ResponderEliminarBesos.
Ya se sabe que el frío, de tan frío, abrasa a veces...
EliminarMe encanta volver a encontrarte entre mis letras. Besos.
Me sorprendes siempre, me emocionas siempre, es un relato estupendo Magda, duro como la vida, pero estupendo y ese final lo borda.
ResponderEliminarUn besazo grande
Nadie nos dijo que vivir iba ser fácil... pero hay batallas que merecen la pena.
Eliminar¡Besos preciosa!
¡¡Estremecedor y excelente!!
ResponderEliminarAbrazos
Viniendo de ti, esas dos palabras son tanto...
Eliminar¡Besos!
La oscuridad más aterradora siempre fue la que se contempló con la luz encendida.
ResponderEliminarPorque nunca supe ahogarme en tus ojos... Porque me iba la vida en ello.
Sencillamente... HERMOSO!!
¡Gracias preciosa!
EliminarCada partida de ajedrez te curte, hay partidas donde se nos va la vida. Dicen que nacemos con dos lobos, uno se llama miedo y el otro se llama amor. Sobrevive el que alimentamos mejor. Precioso y oscuro relato.
ResponderEliminarHabría que saber encontrar el justo equilibrio... ambos cachorros merecen y deben vivir sin devorarse mutuamente...
Eliminar¡Un abrazote Fran!
Caer en un lugar donde los humanos nos podamos herir sin mesura, bracear contra los cuerpos desnudos silenciando los epítetos que hierven contra la sangre, callar el nombre de la otra (o del otro) al llegar espantoso el orgasmo. De noche y de horror están hechas tantas alcobas. Sean las tuyas lozanas, frescas, de rosa de pecho y lodo el aroma de tus silbos.
ResponderEliminarSon... sean...
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