Mucho los empleo yo... me atrevo a abusar de ellos, que prometen un algo de después y dejan al interlocutor con la realidad, sempiterna, de que nada de lo que digamos es lo definitivo: nunca lo será, reina andalusí.
También yo tiendo usarlos en demasía, quizá como vía de escape, o puerta abierta a una diversa posible lectura... Punto y final, tan solo hay uno. Gracias mil por tu visita.
Mucho los empleo yo... me atrevo a abusar de ellos, que prometen un algo de después y dejan al interlocutor con la realidad, sempiterna, de que nada de lo que digamos es lo definitivo: nunca lo será, reina andalusí.
ResponderEliminarTambién yo tiendo usarlos en demasía, quizá como vía de escape, o puerta abierta a una diversa posible lectura... Punto y final, tan solo hay uno.
ResponderEliminarGracias mil por tu visita.
Y tanto... punto y final, aquel del que rabiando huimos. Fatuo escape, a él llegaremos.
ResponderEliminarMientras tanto... a disfrutar en el camino.
EliminarY es que en los puntos suspensivos se queda suspendida una vida, mil palabras y un sin fin de recuerdos.
ResponderEliminarUn beso bonita, yo también te leo y me leo... encuentro muchas veces en tus palabras lo que yo hubiese querido expresar.
Una y mil vidas se quedan... mas otras mil y una prometen llegar... El poder de la palabra a veces acerca de forma asombrosa. Besos Ana!
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