Hoy he visto a una extraña en el
espejo. Y me mira desdeñosa, como gata altiva ante el reflejo que cree de otra.
No reconoce cada trazo de mi piel como la capa que cubre su esencia. Desconoce la mirada de estos ojos, que siempre fueron los suyos. Hoy he
visto a una extraña en el espejo, que miraba a través de mi, mucho más allá de
la línea de mis huesos. Me di la vuelta para intentar ver qué atraía su
atención con tal intensidad, pero solo me topé con sombras. Esta mañana los fantasmas de luz en el pasillo
andan revueltos. El son de su danza no se ajusta a mis pies, pero tampoco
parece llegar su música a ella, enajenada quizá, o tan solo enredada en su
propia partitura.
Al rozar la superficie del espejo con
esa materia gris de la que están hechos mis dedos recién desperezados,
pareció diluirse. Pero fue tan solo un espejismo. Qué ironía, espejismos tras
el espejo.
Mas la extraña ya no me miraba: me daba la espalda. La línea de su cuello me provocaba, sus hombros esbeltos eran una clara afrenta a mi persona. Y sin embargo, percibí que ella también se mostraba ansiosa. Me buscaba a través de otro rostro de cristal y su reflejo, una y mil mujeres, extrañas todas encarnadas en un solo cuerpo...
Mas la extraña ya no me miraba: me daba la espalda. La línea de su cuello me provocaba, sus hombros esbeltos eran una clara afrenta a mi persona. Y sin embargo, percibí que ella también se mostraba ansiosa. Me buscaba a través de otro rostro de cristal y su reflejo, una y mil mujeres, extrañas todas encarnadas en un solo cuerpo...
"Una y mil" y cada una con su historia, pero todas bellas como tu escritura.
ResponderEliminarGracias y besos, princesa.
Ana Pastor.
ME parece muy bonito y real, porque a veces no somos nosotros mismos, a mi no me gusta mirarme en el espejo y menos de noche, con sus sombras, no me reconozco, siento aflorar mi lado oscuro
ResponderEliminarLo interesante es cuando esas mil y una se ponen a dialogar juntas... o discutir mil puntos de vista diferentes. Cuanto menos, entretenido jeje. Besos a ambas.
ResponderEliminarA veces nos miramos y no nos reconocemos, la diversidad que nos habita hace que en ocasiones nos rompamos en mil pedazos de tanto tirar cada una de nosotras hacia un lado, otras veces entretenido como tu dices una locura.
ResponderEliminarGenial como siempre preciosa, me gusta leerte ya lo sabes
Lo definiste a la perfección... esa multiplicidad de seres que en ocasiones nos hacen romper en mil pedazos... Gracias siempre por tus maravillosas visitas a este rincón, Ana.
EliminarEste maravilloso texto no te lo conocía.
ResponderEliminarMe encanta!!
Tras el espejo habitan todos los que hemos sido
y seremos
y seremos...
Por suerte o por desgracia,
por desgracia y por suerte
la memoria no queda grabada
en la retina del vidrio
que tanto nos conoce,
que nunca nos rehuye la mirada...
Besos, poeta.
Esos espejos esconden tantos rostros, tantos caminos... ¡Besos acróbata!
EliminarTan a menudo no nos reconocemos...pero es que hay ocasiones límite y nunca sabes cómo vas a reaccionar, por ejemplo, y luego te preguntas...cómo pude hacer, decir esto...
ResponderEliminarUn besote
Terriblemente cierto... somos un laberinto con mil salidas, algunas dificiles de imaginar... besos preciosa.
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