En pequeñas dosis te requiero,
para no cegar mi ser con tu sonrisa,
evitar volverme adicta a tu desvelo
y beber constantemente de tu boca.
De forma leve y poco a poco
necesito ahogar tu presencia en mi vida
si pretendo mantener hoy la cordura
y no perderme en los recodos de tu cuerpo.
Enganchada al pozo negro que me atrapa
si me paro a contemplarme en tu mirada,
dependiente total y absoluta de cada momento,
de cada requiebro que calme mi sed.
Me declaro adicta a ti, sin miramientos,
en días como hoy en que la necesidad me vence,
ladrona de segundos que volver eternos
quejido arrancado a esta piel sin versos.
Bendita droga que me quita el sueño,
cuando su mal se apodera de mis entrañas,
envenena cada poro de mi piel vencida
sometiendo mi voluntad a su vil antojo.
Hoy tengo ganas de ti… rasgó la melodía
poniendo voz a un ansia desesperada,
letargo de la memoria, en estado tal
que el pensamiento se roba la vida,
y el sentimiento se llena de ausencia.
No pensar, no vivir, apenas respirar.
Desnuda incluso de la propia piel
para ser tan solo un alma devorada.
Sea pues tu esencia certera causa
y reciba mi ser tan ansiado efecto.
Sensual e intenso poema de amor, lleno de certeras metáforas, imágenes y conseguidos recursos literarios (“Desnuda de mi piel” / “alma devorada” / “beber de tu boca”/ “contemplarme en tu mirada” / “ladrona de segundos que volver eternos” /…). Es un tierno susurro de entrega y adición, consecuente y coherente, que ondula en forma de confesión por las plácidas aguas del sentimiento. Sólo falta tu cándida voz recitando los versos.
ResponderEliminarUna vez más, gracias por tus palabras Antonio, que aprecio enormemente. Quien sabe si alguna vez le pondré también voz a este poema...
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