bailando con la línea entreabierta de tus labios.
Me atreví incluso a volverme equilibrista
caminando junto al abismo perdido de tu cuello.
Dejé que mi cuerpo danzase en tu mirada
mientras marcabas el ritmo y la cadencia con tus manos
a través de las notas dibujadas en mi espalda.
Esta tarde decidí dejarme
seducir por la envolvente melodía
de un susurro pronunciado a media luz.
Vestida mi piel con la música profana de tu cuerpo,
deslizandonos al son que brindaba tu pecho
y haciendo del mundo nuestra pista de baile.

Escúchalo en la voz de Mara Romero Torres aquí.
Creo que hiciste bien. Las músicas profanas hacen bien al alma y dan una nueva dimensión a la oscuridad.
ResponderEliminarBesos, Magda.
Qué mejor que la música para dejarse llevar... Gracias por seguir.
ResponderEliminar