“En esa voz
viviría para siempre”
Brenda López Soler
Estás.
Ahora.
Aquí.
Ahora.
Aquí.
Y de repente un cielo abril
se desmorona.
Mientras,
tu voz me abrasa.
Como un arrullo.
Los árboles aún te buscan.
La vida queda, a veces,
detenida entre sus ramas.
Como quedaste tú.
Herida palpitante.
Sin tiempo ni memoria.
La vida queda, a veces,
detenida entre sus ramas.
Como quedaste tú.
Herida palpitante.
Sin tiempo ni memoria.
Vive tu voz
en los pétalos salvajes
de mis manos entreabiertas.
Susurran las glicinias.
Despeinadas.
Y te descubro al fin
escondida entre los labios de agua
de la ciudad sin nombre.
en los pétalos salvajes
de mis manos entreabiertas.
Susurran las glicinias.
Despeinadas.
Y te descubro al fin
escondida entre los labios de agua
de la ciudad sin nombre.
La eterna lujuria del silencio aún te grita.
Mujer azul.
Mujer errante.
Siempre-viva en el poema.
Mujer azul.
Mujer errante.
Siempre-viva en el poema.
Oh qué alegría volver a leerte!
ResponderEliminarUn placer Magda.
Estupendo poema, dedicado a esta mujer azul y errante.
Bellísimo.
No conozco a esta autora, buscaré algo para leerla!
Un beso grande.
MOla
ResponderEliminarhttps://elfaroquenocesa.blogspot.com/
Precioso poema.Abrazo!!
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