Y por qué sombra. Y por qué herida.
Y por qué savia seca en rabia demudada.
Y por qué ronda de noche sin espejos ni mirada.
Y por qué mordisco en el poema.
Y por qué lumbre de invierno, e infierno malva.
Y por qué sal y azufre y llanto.
Y por qué pérdida y no cobijo.
Y por qué no alfombra y agua mansa, y si torrente.
Y por qué no pazo y brisa y primavera, y si tormenta.
Y por qué no gozo y dicha y vida, y si desierto.
Y por qué no luz. Y por qué no cura, y si abandono.
Y por qué silencio. Y por qué no grito.
Y por qué no calma.
Y los por qués nos atenazan,nos envuelven en una espiral donde a veces no tenemos salida. Nos ahogamos buscándolos.
ResponderEliminarMe encanta leerte,aunque a veces los versos de este poema nos asfixien de tanta realidad.
Gracias por volver!
un beso
Quién decía que la poesía era bella y dulce simplemente? Asfixia a veces, sí... aunque a la vez libera.
EliminarUn beso enorme, preciosa!
I was just like that... Unvoiced
ResponderEliminarGlad to read it "in past"... Thank you for your visit!
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