Puedes morder mi nombre y no llamarme.
Yo guardaré tu espina azul entre los dientes.
El silencio
de
los dioses
naufragados
es horizonte
que
se aleja
y
se transforma
en el destierro
de
unas manos
de
estas manos
que han nacido
sin
memoria.
Image by Pat Erickson
Oh qué maravilla tu poema, disfruto tanto de la limpieza de tus versos.
ResponderEliminarEs un placer leerte siempre!
Estuve ausente hasta ayer y es por eso que no te comenté antes!
Un besazo!
Y yo que ando aún más ausente que tú... gracias lunarona, por iluminar siempre este rincón.
EliminarUn besazo!
Siempre es un lujo leerte Magda, un besazo!!!!
ResponderEliminarEl lujo es encontrarte por aquí, OScar!
EliminarUn beso grande!