Es el verbo látigo invisible
piedra muda que hiere sin golpe.
Tránsito improvisado
repentino
a ninguna parte.
Palabra desgajada.
Árbol fértil
de estéril fruto.
Bofetada del tiempo
y los que hablan en su nombre.
Cínico profeta.
o
e
t
a
herido.
De los labios nacen algunas veces espadas y otras crisantemos... Un abrazo, Magda.
ResponderEliminarSin duda... gracias Rafael por tu compañía siempre en este espacio.
EliminarAsí es Magda, desde las palabras, vamos marcando las huellas inevitables, imborrables...
ResponderEliminarPreciosísimo e íntimo poema...me alegra tanto volver a leerte!
Las palabras nos hacen... gracias lunaroja, a mi me alegra volver a leeros también por aquí.
EliminarEl poder de la palabra...
ResponderEliminarUn placer verte aparecer Magda.
Saludos.
Omnipotente... un beso Oscar.
Eliminar¡¡Soberbia!! Abrazos enormes
ResponderEliminarAprendiz de juntaletras tan solo, Higorca, pero siempre agradecida por tus palabras, y tu cariño. Un besote!
Eliminar¿ a ninguna parte?
ResponderEliminartus palabras acuden allá donde la encrucijada es norte.
Un abrazo.
A donde les place, una vez alzan el vuelo...
EliminarGracias Jaime, un abrazo.