Y soy sangre
que habita el cuerpo.
Verbo que alumbra la tiniebla.
Cuerpo
transmutado en tinta.
Vino de letras embriagado
que atraviesa insolente la carne
y recorre cada línea
de este papel en blanco.
Dejando por mácula
tu nombre.
tu nombre.
Bellísimo, una poética refinada y sencilla,que sin embargo llega a emocionar sin necesidad de excesos.. Precioso..
ResponderEliminarUffff, y cómo respondo yo ahora tu comentario? Me has dejado sin palabras lunaroja... muchas gracias!
EliminarDoliente, emocionante, profundo... como todo lo que escribes. Yo estoy por www.javilara.com Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias Javier! Paso a visitarte...
Eliminar¡¡¡Profunda!!!! El resto sobra, así son tus poemas.
ResponderEliminarAbrazos
Mil gracias Higorca por tus palabras, siempre! Abrazos dobles.
EliminarY , tú:
ResponderEliminara nosotros.
Un abrazo.
Volveremos a intentarlo...
EliminarUn abrazo, Jaime.
Imperecedero nombre.
ResponderEliminarBesos-
La inmortalidad existe en el instante...
EliminarBesos Azzul, y gracias por tu visita.
muy bello poema
ResponderEliminarfelicitaciones Magda
saludos
carlos
¡Muchas gracias Carlos!
EliminarTú eres mucho más que eso, poeta. Y en cada verso te derramas. Y en cada poema nos regalas un poco más de tu esencia inmortal.
ResponderEliminarBesos, Magda.
Aysss, qué hacer contigo... ¡GRACIAS!
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