Camino a tientas
aun sin llevar los ojos cerrados.
Me guía un sonido ausente,
el eco de pasos distantes,
de presencias furtivas
y miradas tras la ventana.
Camino con mis manos
como guía y última frontera,
aferrando entre los dedos
ese paso un segundo más allá
de lo que marca el límite...
Quien pone los límites? esos están en nosotros mismos mi querida y preciosisima amiga :*
ResponderEliminarTú lo has dicho... Besos preciosa!
ResponderEliminarCaminas... Y es tanto el caminar.
ResponderEliminarBesos, Magda.
Y piano, piano... dicen que se va lontano. Besos, acróbata.
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