Abismo,
noche sin luna es esa mirada:
pozo azabache que aboca al tropiezo,
para arrojarme a él y comenzar a soñar;
puerta entornada a terreno desconocido,
camino en nebulosa y solitario
por el que avanzar despacio,
pasito a paso.
Me entretiene un murmullo,
un suspiro escapado de tu boca
brisa suave que arropa mi cuerpo,
alborota mi cabello,
¡casi ni me deja ver!
Pero aun así,
casi a ciegas,
conozco la ruta trazada:
me guía el aroma a mañana de lluvia
a café recién tostado,
humeante en su taza,
humeante en su taza,
listo para ser saboreado junto a ti;
me llama el olor a piel mojada,
a amanecer al calor de tu abrigo
al abrazo que envuelve y protege mi sueño.
Ya ves,
no necesito más para seguir,
no necesito más para seguir,
para encontrar lo que parece estar oculto,
escondido al mundo en tu mirada…
Y yo solo necesito mirarte a los ojos para saber que es un poema de amor que no necesita letras, se ve en tus ojos se siente en tus labios y se guarda donde las cosas no se olvidan y merecen la pena ..se guarda en el corazon Saludos Pablo
ResponderEliminarComo bien dices... se ve en los ojos. Y hay miradas donde es un lujo poder refugiarse...
EliminarBesos Pablo!
Pequeños instantes de una vida
ResponderEliminarQue sin saber apreciarlos
Además de no merecer vivirla
Te condenan a la inanidad.
¡Joder, Magda, que envidia, que bien escribes!
Envidia? Tú me hablas de envidia? Ay...
EliminarEsos instantes son todo...
La mirada...
ResponderEliminarMuy hermoso, querida Magda.
Un beso, preciosa.
Hay miradas que si reflejan el alma...
EliminarBesos primor!
Cada palabra, cada silencio, abre surcos en la memoria. Tan hondos.
ResponderEliminarBesos, Ligeia.
Hay senderos que nunca se dejan de transitar... hay eternos círculos viciosos en recuerdos...
EliminarBesos, Guía.