El primero de mis pasos dio sentido a la palabra.
El segundo rasgó el papel sobre el que me escribías.
Sílaba a sílaba, insuflaste vida en un cuerpo vacío.
Por un instinto de sangre,
brotó en mí la tinta.
La misma tinta que de tu rostro huye.
La misma sangre que de mi herida mana.
Hoy tengo una vida truncada entre las manos.
Una pequeña marioneta de hilos cortados
que agoniza en tu piel mientras te pregunta:
“¿Dónde viven?
¿A dónde irán
los días futuros
que en mi has matado?”
¡Me encanta Magda!
ResponderEliminarCuanta fuerza y cuanto sentimiento...
Besos.
Muchas gracias Tomás! A veces da buen resultado hacer acrobacias con las letras... Besotes!
EliminarEsos dias Magda acaban desparramados con forma de letras por cualquier curva de la carretera de la vida esperando al juez-lector que levante el cadaver y comprueve entonces todo lo vivas que estan.
ResponderEliminarTus palabras sirven de redención a la pluma ejecutora de estos versos, y les otorgan nueva vida... Gracias por dejar tu huella en este espacio!
EliminarBuenísimo magda, palabras que sangran, nadie puede matar tus días aunque en algún momento lo parezca.
ResponderEliminarMe encanta, un beso grande
Las palabras... A veces hieren como puñaladas... y otras son bálsamo milagroso. En el fondo, todos tenemos una pequeña parte de ave fénix... Besos preciosa, es siempre un lujo encontrarte aquí.
EliminarEstá comprobado el efecto que tienen las palabras sobre los sentimientos. Un día triste puede transmutar algo prometedor. Precioso poema Magda. Un abrazo.
ResponderEliminarY los sentimientos sobre las palabras... simbiosis única e irrepetible... Besos Fran.
EliminarEres muy buena conectando palabras y sentimientos en textos breves, Enhorabuena. Besos.
ResponderEliminarCuanto menos, se intenta... gracias por tus palabras, besos!
EliminarDespues de lo leído, lo tuyo y los comentarios, yo que digo...mejor no digo nada ¡callo! para que te escuche el viento...
ResponderEliminarA veces un silencio dice más que mil palabras... gracias por el tuyo cómplice. ¡Besos!
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