melodía que me arranca del sueño
De tinieblas me cubro,
pues en la sombra será nuestro encuentro
y me arrastro hacia ti, a ciegas, por instinto
no pienso, no vivo, apenas respirar por no ser oída.
Mi tacto te busca entre la infame maleza:
desgarradas, las vestiduras caen a mi paso
mis ojos te sienten mas no perciben:
en el alma del bosque ocultas tu guarida.
La luna sangra esta noche
tornando en nada todo aquello que me es ajeno.
Las sombras gritan un nombre prohibido
maldito a mi pero a la vez ansiado.
Pensamientos errantes cual almas en pena
interrumpen mi búsqueda de ti, mas no me frenan
voy dejando trazas indelebles por el camino
arrasando con todo lo tuyo que no me pertenece
Avanza la noche y sigilosa continuo,
¿te escodes de mí? Tú me llamaste
guía mi camino hacia la tiniebla
pues soy yo la víctima en este sacrificio;
ataduras de cristal rodeando mi muñeca
si, tan débiles, mas me niego a romperlas
así me ofrezco a ti, rendida mas no servil
Mi ángel caído, mi maldito, mi desterrado
rostro inmortal esculpido en sufrimiento
(una sola lágrima puede esconder tanta tristeza)
te encuentro al fin, por fin hallo tu morada.
desnuda en alma y entregada en cuerpo
me inmolo a ti, vengo a aplacar tu anhelo.
Llama fría, fuego eterno aguardan mi caida
¡¡sacrilegio!
Gota a gota te bebes mi cordura
una simple mirada domina mi conciencia
abandono el mundo y me abandono a ti:
tu sola voluntad será mi aliento.
Que la oscuridad nos abrace eternamente
envuelva cuerpo y alma en su silencio
mi pecho altivo alimente tus entrañas,
mis brazos, mi vida, mi sangre aplaquen tu sed
selle esta entrega asi nuestra unión más allá de la noche
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