Cada paso en tu camino
es una grieta palpable en mi vida,
cada letra de tu nombre
dejas tallada en sangre,
cada arruga de tu rostro
es la impronta de un sufrimiento.
Con liviano equipaje partes:
tan solo la única moneda
que te permita cruzar la estigia.
Y pesada carga dejas a tu espalda:
el implacable vacío provocado por tu ausencia.
Ni un suspiro, ni una lágrima:
sencillamente viviste
sencillamente te marchas.
Y deseo marcharme en tí para no anhelar tu presencia,
mas mi derrota se interpone entre ambos
y la fría piedra me rechaza.
De rodillas caigo buscando una fe que me sustente,
y me de un porqué...
En Penumbras... de Magda Robles
En penumbras es donde los sueños cobran vida, junto al crepitar del fuego y el danzar de las llamas...
El río del olvido, donde se abandonan los recuerdos... Lo has dicho de un modo muy hermoso.
ResponderEliminarMe alegra haber llegado hasta aquí. Saludos.
Sientete como en casa en este mi pequeño rincón...
ResponderEliminarMe fascinas, como siempre...
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un beso
precioso, lo he hecho mío, mi madre se fue así sin hacer ruido, tan sencillamente.... yo tambien busco y busco esa fe.
ResponderEliminarMe ha encantado
Un beso
Todo tuyo Ana, por desgracia de esa búsqueda nadie se libra... aunque no todos consiguen encontrarla. Un beso, y bienvenida a mis palabras.
ResponderEliminarGranaina, excelente poema. Veo que te pasas al existencialismo. Bss.
ResponderEliminarComo el aire, de un lado a otro... Un besote!
EliminarMe ha gustado, sin más..."Y deseo marcharme en tí para no anhelar tu presencia..." ¿Qué más puedo decir?
ResponderEliminarYo solo puedo decir... gracias por tus palabras, que breves, dicen tanto.
EliminarA pesar de ser un adios... has logrado extraer la maxime belleza dentro de la negrura que conlleva cualquier despedida.
ResponderEliminarFelicidades poetisa, tus versos tocan el alma de quien los lee.
Natalia
Un adios recurrente que jamás se olvida... Gracias Natalia por tus palabras. ¡Un besote!
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