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En Penumbras... de Magda Robles

En penumbras es donde los sueños cobran vida, junto al crepitar del fuego y el danzar de las llamas...

Caerán los nombres


“¿Y las rosas? Pestañas
cerradas: horizonte
final. ¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.”

Jorge Guillén




Pretendes cubrirme de luz,
a mí que habito la penumbra.

Fugaz. Vencido.
Como un relámpago que rasga la tiniebla
para hacer aún mayor la sombra
cuando su trazo muere.

Mañana tú y yo seremos tan solo sueño.
Recuerdo silencioso de esta piel
que se desprende cada día.
Huellas sin pisadas,
camino abierto.
Horas detenidas
en la muerte inadvertida de un reloj.

Entonces caerán los nombres,
y solo quedarán los labios
y su lenguaje nuevo.

Incierto.
Desesperado.

Y escribirán sobre la piel
un nuevo invierno.




Volverás...

Volverás.

Como un recuerdo
envuelto en bruma,
o unas manos fracturadas
que solo dibujan sueños
cuando la noche duerme.

Sin huellas.

Como un pájaro herido
en derrota sin nombre.
Como lanza cautiva
sin piel que rasgar.
Como página al viento
que no encuentra cobijo,

volverás.

Y serás de nuevo
contraluz y estigma
en este lienzo hoy
huérfano de pintura.







Luzbel


Quomodo cecidisti de caelo, lucifer, fili aurorae?
(¡Cómo has caído del cielo, Lucero, hijo de la Aurora!)"
Isaías 14.12-14

¿Qué esconden tus ojos
cuando me nombran?

¿Qué buscan?
¿Qué aciertan?
¿Qué deshacen?

Me amaneces en las manos.
Eres el instante de luz
que eriza la piel
y deja sentir cómo florecen
jazmines en la carne.

Porque eres tú quien desnuda mis mañanas.
Quién ansió beber el agua dormida
y desató el amor y sus tormentas.

Ángel caído,
que rozó mi linde
y prendió sus alas.



Untitled

Morder el aire
como quien muerde la manzana
culpable de las mil caídas
de un solo ángel.

Existir desnudando espacios,
habitando un único silencio
que errante busca
otra luna interminada.

Someterse al destierro de manos
y hojas,
y manos,
y viento,
y al tiempo tirano
que obliga a caminar
con pasos que no consiguen
hallar un norte.

Y escribir.
Para hallarme.
Para mirarte a los ojos
sin emprender la huida.

Y renacer
en la noche callada
siempre escribiendo.

A pesar de la herida.
A pesar de la nada.


Sin nombre...

Cuánto duele abrir la puerta y recibir
el golpe inerte de este silencio huérfano.
Y sin embargo, el aire aún guarda tu presencia.

Hay pupilas engarzadas en los muros,
y ensueños transparentes que aletean
buscando otra  noche en que volver a ser.

Me miro en tus ojos ahora que ya
no pueden verme, y me veo vencida
ante esta vida sin vida que hoy me sale al paso.

Y no es fácil buscar la huida
porque Alicia ha vuelto y me ha contado
qué no existe realmente al otro lado.

No hay espejos de doble fondo.
No hay nichos de puertas abiertas
ni días de visita. No hay milagro.

Hace tiempo que emprendiste
este viaje y no hay retorno.
No hay caminos de ida y vuelta
que me guíen otra vez hasta tu abrazo.

Y sin embargo hay un pájaro amarillo
que a veces me visita por las noches
y me canta su secreto.

Y me cuenta que has reído
en otros campos de amapolas,
en otra tierra sin arar, salpicada 
con la sangre de los dioses.
Y que has besado estas lágrimas 
granate, ahora libres de liturgia.

Sé que miente.

Pero sabes, aún hay noches en el que el viento
deletrea tu latido, y son las sombras
en mi pecho el arrullo adormecido de tus manos.

(Sé que miento.)


by Dmitriy Pokrovskiy

Sin nombre

El tiempo es un gigante sin sombra.
Un niño que amanece mundos.
Una joven que tamiza lunas.

Un anciano cansado 
que (nos) dibuja

     detenido 
ante el alféizar 
de su ventana.



Ardiente frío

Eres diciembre porque así me llamas.

Y te acercas
como se acerca el sol a la mañana
con el paso incierto y un leve aroma
de violetas que luchan por despuntar.

Mostrando tanto amor...

con un amor
que el propio amor
aún no ha dibujado.

Te sorprendes de encontrar
la tarde abierta,
entera para ti.

Te has aprendido mi olvido.
Te has amoldado a mi espera.


Imagen de Arthur Berzinsh

Sin nombre...



La palabra escondida.

La que nunca ha sido pronunciada,
es hoy milagro
en este cruce de sombras.

Cuando los labios sellan su tumba.
Cuando los cuerpos buscan sus alas.



Untitled...

"Vendrá la muerte y tendrá tus ojos"
Cesare Pavese





Vendrá la blanca muerte una noche a buscarte.
Besará tus labios, devolviendo así cada cortejo
que tú brindaste a sus mil efigies.

Pálida dama, grabará tu nombre con el fuego de su abismo
en ese Olimpo que solo a los malditos les es dado a contemplar.
Bailará contigo la danza macabra del nunca olvido.
Del nunca más.

Una vez que hayas sido silenciado, escanciará palabras en tu boca
que encontrarán refugio en esta noche de todos los caídos.
De todos los desheredados.

Si.
Serás maldito eternamente.
Maldito tú, y maldita tu estirpe entera.
Mas bendito por la tinta.
Bendecido por tu alma derramada en cada letra.

Vendrá la blanca muerte a dormir contigo.
A arrullar con su canto el batir de alas.
A silenciar los golpes y el derrumbe.
Unirá en una a todas ellas, dando cuerpo así
a la que nunca antes había sido pronunciada.

Y vendrá desnuda.
Desnuda de todos sus nombres,
buscando el frío en el sudario de tus manos.

Y será tu pecho
sueño eterno, tumba abierta
donde siempre descansar.

Sin nombre...

No escribo formas
pues nunca supe
cómo encajar las piezas.

Escribo pulsos.
Latigazos desgarrados
de ventanas entreabiertas.

Escribo inviernos
y cuervos azules que me arrullan.
Melodías sigilosas
que rasgan la partitura.

Escribo muertes anunciadas
que se inventan
para alejar la despedida.

Escribo pactos.
Y suicidios.
Y silencios.

Escribo hojas,
páginas que arden
siempre de piel adentro.

Escribo horas,
escribo tiempos.

Escribo antros.
(D)Escribo vidas.
Desnudo infiernos.

De naufragios...

"Dreamspace Reloaded", by Denis Olivier 

 

¿Acaso hay noche que venga desnuda
de fantasmas y memoria?
¿O enemigo en las entrañas del silencio
que no se muestre igual de fiero
a plena luz del día?

No siempre pueden hacer puentes las palabras.
Ni siquiera bastan las manos.
mucho menos las bocas
(aunque se busquen)
cuando se entregan.

Hay días en que la vida cierra compuertas
y nos deja abandonados mar adentro.
Volviendo a ser 
pecios insomnes,
huérfanos de orilla.


En catálogo



Ventanas
como manos abiertas al infinito.
Inabarcables
soñadoras promesas de una vida
que no se detiene a contemplar reflejos.

Ventanas como sombreros
que saludan, como artilugios de un mago
que se apropian juguetones
de la sombra de algún viandante,
Peter Pan pasado de fecha.
 
Ventanas cerradas como ojos
que dibujan mapas nuevos.
Ventanas abiertas como labios
que muerden insaciables
la huella de un tiempo caduco.

Ventanas escaparate
mostrando vidas a la intemperie.
Ventanas teatro
embaucando el escrutinio ajeno

Ventanas colección primavera-verano.
Ventanas ventisca y ventanas marea.
Ventanas con luna
y ventanas sin marco.
Ventanas sol destronado.

Ventanas perdidas
ventanas olvidadas
ventanas oxidadas
ventanas encajadas 
en la memoria y su derrumbe.

Ventanas mensaje.
Ventanas mentira
y ventanas misterio.

Económica experiencia:
liquidamos existencias
de estos guiños a lo incierto.




Es entonces cuando te escribo...

"Los duendes se han instalado
entre tus ojos y mi alma."
José García Pérez

Me descalzo de tu nombre.

De tu sombra
alborotada en la mejilla
y del fuego insomne
que en la noche prende.

No hay mañana.
No hay herida.

Es así como deshace
el alba nudos,
cuando busca renacer
en agua inquieta.

Es entonces cuando te escribo.

Para hallarte.
Para mirar tus ojos
ante la huida.
Para romper silencios.
A golpe de voz
y de desmayo.

Para abordar tu piel
desde mi abismo.
Para rendir mi piel
ante la vida.



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