Performancing Metrics

expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

En Penumbras... de Magda Robles

En penumbras es donde los sueños cobran vida, junto al crepitar del fuego y el danzar de las llamas...
Mostrando entradas con la etiqueta En penumbras se hizo verbo.... Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta En penumbras se hizo verbo.... Mostrar todas las entradas

"En penumbras se hizo verbo", reseña de José María Ariño Colás.

Recupero hoy la reseña que hizo de "En penumbras se hizo verbo" un buen amigo, y que fue publicada inicialmente en su blog.¡Mil gracias José María por tus palabras y tu tiempo!


Reseña de José María Ariño Colás

   Pocos poemarios de los que recientemente han pasado por mis manos contienen la sutileza, la profundidad y la fuerza interior como el primer libro de poemas de la escritora granadina Magda Robles León, presentado el pasado mes de junio y que ha obtenido el XVII Premio Nacional de Poesía "Miguel de Cervantes" de la ciudad de Armilla. Su sugerente título - En penumbras se hizo verbo - sigue la pauta de su excelente blog y retoma un camino surcado de sueños, reflexiones, nostalgia, soledad, amor, desamor,... motivos que se remontan a lo más granado de nuestra tradición poética.

     La excelente introducción del poeta Francisco Acuyo nos abre las puertas a una auténtica metamorfosis, a una inefable transfiguración en la que el Verbo, la palabra recobra su protagonismo desde los primeros versos: Tan solo nací / para ser tu palabra / a través de tu boca, así comienza su primer poema ESPEJISMOS. Porque la palabra va más allá de la escueta realidad y transita por senderos insospechados llenos de vida. Así lo confiesa Magda en una POÉTICA de raíces becquerianas: La palabra / que late cual sangre ardiente, /arrebata y da vida en el mismo intento. A partir de ahí, desfilan los sentimientos de modo sublime, cual notas dormidas en el desván de los sueños. Y brota el SILENCIO - Este ruido está tan lleno de silencio... - y se deshoja lentamente la margarita efímera del tiempo que se pierde sin remedio en los laberintos de la memoria.

      Porque la poesía de Magda elige senderos teñidos de incertidumbre, SENDEROS DE TINTA, caminos soñados por el aire, cual una marioneta o una frágil luciérnaga; travesías marítimas en un intento de renacer cual sirena varada o Penélope enamorada de la vida. Todo ello a contratiempo, bajo la fatal amenaza del TIC-TAC imparable: Caen las horas / y ruedan como cabezas./ La guillotina ha visitado recuerdos... Recuerdos que son versos escritos a dentelladas, que son palabras que gotean con dolor cual una fuente reseca, que son albas sombreadas y ocasos sin retorno.

     Pero la poesía está impregnada de ausencias, de reencuentros, del poso agridulce de la memoria, del goce inefable de un amor imposible. Un amor cual estallido de pasiones, un amor que penetra en la desnudez del alma, un amor que se transforma día a día desde el sueño de un dios creador del verbo. Es LA VOZ DE LA PENUMBRA, poema que cierra la antología con un guiño a la Guiomar de Antonio Machado: Mujer sin voz esculpida en letras. / Musa y amante derramada en páginas. Como en Bécquer, amor y poesía se dan la mano - Poesía eres tú - y caminan por una vereda llena de surcos, cuajada de sentimientos sublimes, ahíta de luz y plenitud.

     Voy a plasmar uno de los poemas que, en mi opinión, reflejan mejor la esencia de la poesía de Magda:

                                            METAMORFOSIS

                                   Mudar la piel...
                                   Sentir cómo se desprende
                                   poco a poco y suavemente,
                                   renegada e insumisa
                                   porque ya no percibe tu tacto.

                                    Desvestir el cuerpo
                                    más allá de toda ropa.
                                    Ser crisálida abandonada
                                    de voluntad y entendimiento,
                                    oculta tras el embozo.

                                    Y dejarse caer.
                                    porque hay días
                                    que como pájaro indefenso
                                    la tristeza anida en los ojos.
                                    (...y se convierte en áspid...)

En blanco y negro...

Hoy
quiero soñar en blanco y negro.


Así, sin más.
He decidido
desvestirme del arcoiris que  adoquina tus pasos,
y del rojo rubí intenso que gasta mi sombra cuando te roza.

Y vestir tan solo
el alma de blanco
y el cuerpo de negro.
Para ser testigo
de la huella culpable
que dibujen tus manos
al errar su camino…

AddThis