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En Penumbras... de Magda Robles

En penumbras es donde los sueños cobran vida, junto al crepitar del fuego y el danzar de las llamas...

Mar de tus sargazos...

Dime, corazón,
¿Por qué si pensabas marcharte
no te llevaste tus huellas?
Me arrebataste tus pasos,
pero has dejado
 tiradas por el suelo
cada una de sus pisadas.

Como estela sin barco que la preceda,
que condena a un vagar eterno a quien la persigue...

Y hay noches
en que no puedo
evitar perseguir fantasmas
de luciérnagas por el pasillo,
soñando que me conducen
al seguro amarre de tu cintura.

Aunque sé
que esos restos de naufragio con que tropiezo
son tan solo el vestigio impalpable y abandonado
de aquella frágil crisálida 
que nunca llegó a ser mariposa…

14 comentarios :

  1. Seras Crisalida, pero tu sensibilad y tu duende vuelan libre como alas de mariposa absorviendo el nectar de amor que encierra tu corazon..Precioso poema ..
    Pablo

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    1. Todos somos crisálida, tan solo unos pocos completan el proceso...
      Gracias Pablo.

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  2. A veces la poesía verdadera se hace letra, en ti son muchas.

    Besos.

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  3. Suele ocurrir queda un vocabulario de huellas en la piel.

    Que maravilla de poema Magda, me ha encantado

    Un beso grande

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    1. Todo, todo nos marca la piel... por suerte algunas huellas se borran con el tiempo. Otras nunca.
      Un besote Ana!

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  4. Las palabras nos eligen. Estoy convencido y al leerte me reafirmo en esa convicción.

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    1. Siempre supe que nosostros somos meros instrumentos en sus manos...

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  5. Un naufragio, un mar , un destino. Todo se lo devora el horizonte para devolverlo a la tierra, al principio de la tierra

    mi beso.

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    Respuestas
    1. Ese es el ciclo intermitente e interminable...
      Un beso Elcaligrafista, gracias.

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  6. Esos pensamientos se perpetúan como un eco constante, aunque avances impulsado por la brisa, el aroma embriagador permanece impregnándolo todo. No queda por más que virar hacia la noche oscura, siempre en vela, con el alma en vilo. Hasta perder el miedo a lo inesperado. Plenamente consciente, pues de ello depende la conversión. Es el corazón el que te avisa dando saltos en el pecho, de que ha llegado ese momento.

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  7. Precioso poema Magda.
    Me quedo con este precioso final como muestra:
    Aunque sé
    que esos restos de naufragio con que tropiezo
    son tan solo el vestigio impalpable y abandonado
    de aquella frágil crisálida
    que nunca llegó a ser mariposa…
    Un abrazo y me alegro de haberte encontrado.

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    Respuestas
    1. Gracias Pedro, es todo un lujo contar contigo en este pequeño rincón en penumbras que compartimos un puñado de amigos...
      ¡Bienvenido!

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Tus palabras serán bienvenidas.

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